Se llama ‘Galería del jerez’ y se presenta como “la mayor colección del mundo” sobre los vinos y el brandy de Jerez. En la esquina de las calles Asta y Jardinillo (Bodegas Altanza) abrió ayer este nuevo espacio expositivo de 250 metros cuadrados en el que se puede encontrar todo aquello que se pueda pensar (y mucho más que ni se puede imaginar) relacionado con el jerez.

Más de 6.000 objetos diferentes expuestos en una bodega cuidadosamente restaurada fruto del trabajo de búsqueda, compra y recopilación durante más de un cuarto de siglo de una persona enamorada, casi obsesionada se podría decir, con todo lo que rodea a los vinos generosos más famosos del mundo.

Roberto Amillo (Logroño, 1955) vio este viernes cumplido su sueño de reunir bajo un mismo techo y exponer al público lo que le ha llevado tanto tiempo y costado tanto dinero. Economista, se dedicó 35 años a la asesoría de empresas y un buen día, como una terapia contra el estrés de su trabajo, decidió coleccionar botellas de brandy para la bodega de su casa en Logroño, cansado de las de rioja, que además se conservaban peor. El germen fue una botella de brandy Almirante que le regaló el nieto del almirante Cervera.

Del coleccionismo de botellas de brandy pasó a objetos relacionados con éste y de ahí a los vinos de jerez en general. Esa pasión le llevó por toda España, de Norte a Sur, recorriendo anticuarios, ultramarinos, bares, bodegas y particulares hasta que un día aterrizó en Jerez y decidió apostar también por los vinos del Marco, creando la ‘Colección Roberto Amillo’ de vinos de alta gama y muchos años seleccionados por él, que comercializan las Bodegas Altanza. La periodista jerezana Paz Ivison tuvo parte de ‘culpa’ de ello, animándole a crear una marca propia que hoy ha recibido numerosos premios.

Su unión con la bodegas riojanas Altanza, una de las mayores productoras de la D.O. Rioja, le ha permitido contar con las instalaciones en Jerez donde se encuentra el museo inaugurado este viernes, en el que existe incluso una sacristía en la que Amillo y Altanza, que comercializa la mencionada colección, quieren criar sus propios vinos.

En la ‘Galería del jerez’ se puede encontrar mucho más que etiquetas o botellas imposibles de ver en otros museos. Existen objetos y documentos de todo tipo, desde originales de publicidad de las bodegas a libros, diseños, sacacorchos, merchandising diverso, carteles, discos de campañas de vinos y brandies, medallas originales… todo muy bien cuidado y restaurado. Un repaso a la historia del jerez y de las firmas bodegueras que ayuda a entender la importancia de esta industria.

Roberto Amillo, que ha contado con la ayuda de su mujer, Angelines, tanto en la adquisición de piezas como en la parte expositiva, tiene en su poder hoy más de 17.000 objetos, pero para exponerlos todos haría falta una sala de 2.000 metros. En la selección realizada se encuentra condensado lo más importante y cada objeto tiene su anécdota, de ahí que él no se decante por ninguno en especial.

“Ni yo mismo sabía lo que tenía, había piezas de las que ni me acordaba”, decía ayer. “Todas las piezas tienen su significado”, indica. “Me han querido comprar varias veces esta colección, pero para mí no tiene valor, para mí su valor es la continuidad y que se pueda disfrutar”, añade, al tiempo que confiesa que le ha costado reunirla “mucho esfuerzo, que es gratis, y mucho dinero, así que si puede revertir algo de eso, mejor”.

Cuando se le pregunta por la situación del jerez hoy vista en su colección lo importante que fue para la sociedad durante tantos siglos, Amillo contesta que la muestra “nos recuerda que detrás de todos esos objetos había personas que hacían etiquetas, incluso a veces un anuncio distinto todos los días, auténticos artistas, escritores, expertos en marketing de la época, y ahora la informática y las nuevas tecnologías han acabado con muchas de esas cosas”.

En esta exposición se ve la parte humana que tuvo el jerez, no digo que ahora no la haya, pero es diferente”, concluye.

La ‘Galería del jerez’ abrirá con cita previa, con las medidas anti covid establecidas, para las visitas guiadas de una hora de duración, que terminarán con una degustación de vino. También ofrece la posibilidad de disfrutar de la experiencia ‘El jerez y los cinco sentidos: aprender, sentir y maridar’, de una hora y media de duración. Y por las noches, a las nueve, siempre con cita previa, catas de vino con flamenco. También está abierta a actividades hechas a medida de los clientes.

La inauguración oficial de este nuevo espacio expositivo de la ciudad estuvo a cargo de la alcaldesa, Mamen Sánchez, que destacó el valor de la colección y el entusiasmo de su impulsor, lo que a su juicio confirma el futuro que tiene por delante el jerez como motor turístico y económico de la ciudad. Junto a ella estuvieron el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar, Beltrán Domecq, el presidente del Consejo Regulador del Brandy y de Fedejerez, Evaristo Babé (otra de las personas que ayudó y animó a Amillo a abrir este museo), y el director general de Bodegas Altanza, David Sáez de Ojer.